viernes, 18 de octubre de 2013

Inversiones inmobiliarias en Carmelo


Carmelo, es una de las zonas de Colonia que hace años recibe turismo argentino pero hace unos años comenzó a tomar impulso con la llegada del empresario argentino Eduardo “Pacha” Cantón al frente del hotel Four Seasons Resort y el desarrollo del barrio privado El Faro. 

Actualmente se destacan otros tres barrios residenciales (La Concordia, Carmelo Golf y Médanos de Punta Gorda), donde hay una fuerte presencia de inversores argentinos. 

A partir del desembarco de Cantón en la zona, los precios no dejaron de crecer y según un relevamiento del diario Clarín los predios cercanos a Carmelo en algunos casos trepan hasta los U$S 100.000 la hectárea, lo que lo llevan a estar en línea con algunos valores que hoy se manejan para Punta del Este y sus alrededores.

De acuerdo a una estimación de Gabriel Conde, operador inmobiliario de Carmelo y presidente de la Cámara Inmobiliaria del Uruguay, esas cifras se pagan en fracciones de tierra con perfil inmobiliario y/o turístico residencial ubicadas sobre el Río de la Plata o arroyos interiores navegables. “En estas ubicaciones los valores van desde US$ 30.000 hasta US$ 100.000 por hectárea”, aseguró en declaraciones a Clarín.

Conde señala que en los primeros 5 kilómetros circundantes a la ciudad de Carmelo, la mayoría de las fracciones van de 1 a 10 hectáreas y los precios oscilan entre 20.000 y 80.000 dólares y se llega a US$ 100.000 en las fracciones chicas, que son las que tienen un perfil más turístico residencial”. 

También está proyectado el desembarco de la cadena hotelera Howard Johnson (foto), que tiene previsto operar bajo la modalidad de condo hotel con más de 120 habitaciones, amarras de uso exclusivo y centro comercial, entre una larga lista de servicios diferenciales.

Fuente: Diario El Clarín


jueves, 17 de octubre de 2013

Riachuelo, Colonia


Ubicado a 55 kilómetros de Buenos Aires, y a 16 km. vía terrestre, de Colonia del Sacramento se encuentra Riachuelo, una hermosa media luna de arenas blancas, sobre el Río de la Plata.



En ésta desemboca El Riachuelo, arroyo que remontan gran numero de embarcaciones, hasta arribar a Embarcadero de Yates, este recorrido de 5 km, es considerado por muchos, uno de los últimos reductos vírgenes de la ribera uruguaya. No son pocos los que aseguran que pronto será destino de inversiones inmobiliarias que lo convertirán en un nuevo Carmelo.

La mayoría de los visitantes arriban en sus embarcaciones y provenientes directamente desde Buenos Aires, Colonia del Sacramento  u otros puertos cercanos. Pero también se puede acceder al Parque Embarcadero de Yates El Riachuelo, desde Ruta 1 km. 167 recorriendo tan sólo 1 kilómetro. Y para acceder a la playa se deben recorren 7 km dede el empalme entre ruta 1 y 50.

Los navegantes argentinos, que lo conocen bien, lo describen como un destino idílico. Hablan de sus playas de arena blanca; de sus bosques de pinos y cabos en flor. Y de inusuales lagunas de agua cristalina producto de canteras de piedra.

Las embarcaciones que se adentran por primera vez en el arroyo Riachuelo, salvo por las escolleras exteriores que besan el Río de la Plata, tienen la sensación de ser los primeros. A lo largo de estos cinco kilómetros de este zigzagueante arroyo, todo está virgen, repleto de árboles sobre ambas márgenes, que al caer la tarde regalan unos preciados espacios de sombra. Sin embargo, a poco de andar empiezan a aparecer los veleros, amarrados a algún tronco, fondeados, en medio del arroyo.

Tras 15 o 20 minutos de marcha aparecen los rastros de civilización. Un muelle de hormigón ofrece la posibilidad de cargar agua corriente o bajar a tierra. De allí nace una calle asfaltada que conduce al edificio colonial de Hidrografía (antiguamente era la casa del navegante argentino Renné Salem), donde se paga el costo de la amarra. 

También hay una pequeña dependencia de la Prefectura, hamacas, un muelle para botes, baños con duchas y teléfonos públicos. 

Una curiosa cancha de golf 
Hay algunos servicios: dos canchas de paddle y una de squash. Pocos años atrás, Amilcar, un navegante argentino habitué de Riachuelo, se animó a crear entre tanto campo de pastizales una cancha de golf subido a un tractor prestado. Si bien no es un campo profesional, la cancha está en excelentes condiciones y permite que cualquiera pueda dar una vuelta por los nueve hoyos.

Pequeñas Lagunas de Agua Cristalinas
Pero uno de los encantos más exclusivos de Riachuelo son, sin duda, las canteras. La más grande e imponente, y a su vez la más cercana, se encuentra a cinco minutos de caminata desde la calle. Son enormes piletas de piedra que se llenaron con agua de napa totalmente cristalina cuando las excavaciones llegaron a una profundidad tal que irrumpió el agua. La cantera principal tiene casi 4000 metros cuadrados y 14 metros de profundidad. Aquí la gente viene a nadar y siempre están los audaces que se tiran de clavado desde las rocas más altas, que sobresalen hasta llegar a unos diez metros. Por ser un espacio totalmente natural, su acceso para nadar es restringido: sólo hay dos sitios donde la naturaleza permite salir en forma cómoda. Es una atracción que suele congregar a buceadores profesionales.

Despensa y restaurante
Ventura, una mítica despensa de los años 50 convertida en restaurante, es el único lugar donde se puede comer o comprar alimentos. Esta especie de quincho semicubierto de dimensiones generosas se ubica sobre la ruta y reune cada noche a los nautas que escapan de la comida de barco en busca de una buena parrillada o pastas caseras. El lugar es netamente rústico. Las mesas están hechas de largos tablones sobre caballetes, que se comparten con otros comensales. Y cuelgan de techos y paredes, miles de recuerdos de cada velero que pisó el lugar: banderines, tablas talladas, remos, salvavidas, troncos con inscripciones en sogas marineras. Todos los veleros dejaron allí algún objeto con su nombre estampado y el año de la visita. Aquí casi no circula el efectivo: la cuenta se carga a nombre de la embarcación en la que viaja y se paga el monto final antes de partir.

Muchos navegantes traen su auto por tierra. De esta manera, también es factible estar en Colonia del Sacramento en 15 minutos, donde abundan los lugares para cenar y hacer las compras.

Algo de historia 
Hasta hace 40 años, muy pocos veleros visitaban Riachuelo. Elena Mato, a cargo de la oficina de Hidrografía, fue testigo del crecimiento de este lugar solitario hasta convertirse en un destino vacacional. Ella y su marido viven aquí desde 1978, cuando todo era muy salvaje, pero realmente familiar. Los veleros extraían agua de un aljibe, que cargaban en bidones o vertían en sus tanques para ducharse. “Todos nos conocíamos. Venían veleros extranjeros, personajes muy particulares y solitarios, con los que compartimos mates, asados y muchas horas de charla. Hasta que en 1979 se cerró la Barra de San Juan (destino para veleros de geografía similar) y empezó a crecer Riachuelo”, recuerda Mato.

En 1986 se construyó el muelle de hormigón, y luego se restauró la oficina de Hidrografía Naval, se hicieron los baños y el resto de las instalaciones que permiten disfrutar de este lugar en un entorno totalmente natural.

Hace tres años, la Barra de San Juan volvió a cerrarse para la náutica deportiva. Riachuelo se convirtió así en el lugar elegido por los veleros argentinos que quieren aislarse del ruido y escuchar el canto de los pájaros, aunque desde la playa, los días más despejados, se puede contemplar la silueta de los edificios de Buenos Aires.

Cómo llegar desde Colonia
•En auto desde Colonia : tomar la ruta 1 hacia Montevideo, y en el kilómetro 12 doblar a la derecha en el camino Ventura Casal, hasta el fondo.

Fuente: LA NACION
Datos Utiles Para los Navegantes: (Aquí)



miércoles, 16 de octubre de 2013

Tradición suiza: los Quesos Uruguayos


Un buen queso no se come a mordiscones. A un emmenthal, por ejemplo, hay que dejarlo disolver en la boca, percibir su secuencia de perfumes y sabores. Cualquier otra práctica equivale a atropellar la dignidad de un queso.

Alberto Moroy nos introduce enciclopédicamente en la genealogía del queso, pero esta vez nos vamos a permitir agregar algunas cositas porque Alberto nos deja hacerlo sin calentarse; no es un tipo de mala leche. Es que la buena leche es la base de una buena quesería. Se logra con buenas razas lecheras, con un profundo conocimiento de la cría, excelentes praderas y manejo, todas cosas que los suizos, pero también los piamonteses se sabían de memoria antes de llegar. Algunos hasta trajeron sus fermentos para hacer su gruyere, pero los microbios presentes en el aire no se lo permitieron: les salió el queso Colonia como en Argentina les salió el queso Chubut, ambos con base en la elaboración natural, dejando a la naturaleza hacer su trabajo en el proceso de transformación en lugar de producirlos con asepsia hospitalaria. Más o menos lo que esperamos de un buen vino; la fermentación natural no tiene precio.

Cuando hoy leemos sobre maridajes de quesos con vinos o frutas, de este a aquel queso de leche de oveja o cabra, Mozzarella “di Búfala”, de catas y sabores, de regiones, de denominación de origen, etc, creemos que siempre fue así gracias a los Suizos de Colonia.

Primeras Queserías

La primera quesería, conocida, fue la del colono Juan Teófilo Karlen (1868) y al poco tiempo la de un suizo-francés Abraham Félix (1869), ubicadas las dos, en la zona de Colonia Suiza. Y pocos años después, en 1875, había ya 50 queserías instaladas. Estos queseros suizos inicialmente imitaron las técnicas y procedimientos de las queserías suizas de los Alpes. Mucho tuvieron que aprender  para dominar la leche en nuestro clima y con nuestras pasturas naturales, como que sin duda consiguieron, según consignan las varias exposiciones realizadas en Colonia Suiza, y comentarios sobre granjeros que fueron famosos por los quesos que obtenían. En esos años sin duda, el queso y su comercio fueron los que dieron bienestar económico a la Colonia. Al presente se puede afirmar que Uruguay posee una muy importante industria láctea, la que en estos últimos diez años se ha venido tecnificando y modernizando, lo que incidió en un constante aumento.

El Queso Colonia en Uruguay

En sus orígenes era un queso muy similar a los quesos suizos como el Gruyere y el Emmenthal, ya que eran elaborados por extranjeros (colonos suizos) radicados en el Departamento de Colonia, conociéndose hasta el día de hoy como “Queso Colonia”. Con el correr de los años las características de este queso fue variando totalmente al extendenderse su fabricación.

Las actuales son: forma cilíndrica, chata, con caras y el contorno  ligeramente convexos debido a la formación de ojos en su interior. Su peso oscila entre 5 y 15 kgrs y su color es amarillo pálido. Su masa es de consistencia media ya que no es ni blanda como los quesos cremosos ni demasiado firmes como lo puede ser un queso de rallar. El tamaño de los ojos oscila entre 2 y 5 mm de diámetro, no son muy numerosos y se encuentran repartidos uniformemente. Para tener una idea más concreta de como es, citaremos como ejemplo el queso Chubut, originario de Argentina. Su masa o pasta es muy similar al queso Colonia con la diferencia que las piezas son más chicas oscilando entre 800 y 1000 gramos cada una.

Fuente: El País Viajes

Granja Arenas - Museo


En el kilómetro 167, de la ruta 1, aproximadamente 16 Km. desde Colonia del Sacramento, se encuentra Arenas Granja Colonia. Este es un paseo muy entretenido, ya que además de poder endulzarse con sus mermeladas, hay un museo de colecciones del mismo propietario, Emilio Arenas. Allí se exhibe una colección de 6300 lápices de grafito negro más grande del mundo, que registró su marca en el Guinness y además le valió una invitación de la empresa Faber Castells a recorrer su planta en Alemania. 

También expone su primera pieza de colección, un llavero de un elefantito, que le regaló su madre cuando tenía 10 años, que se destaca entre otros 19.500 acumulados desde entonces. Los hay de todas partes del mundo. Se pueden ver, entre otras miles de cosas, de distintas formas y colores, 3000 ceniceros, 270 sacapuntas, planchas y morteros.


La familia de Emilio también se contagió las ganas de juntar objetos: su esposa colecciona frascos de perfume y Ricardo, el hijo, tarjetas telefónicas, que están expuestas.



La granja también tiene sus curiosidades. Sobre una mesa hay cucharitas descartables para degustar dulces tradicionales y los que pocos se animan a probar: hay sabores de cebolla, berenjena, zanahoria y morrón, entre otros manjares.



Pero las cucharitas se hunden mejor en los de duraznos, higos, frutillas y especialmente en el dulce de leche que tan bien elaboran. Junto con las góndolas hay un salón con una cafetería para tomar algo calentito entre raros objetos de colección.



El acceso es gratuito y además de comprar alguna de las esquisitas mermeladas (como la mermelada de banana,por ejemplo) no deje de comer en el restaurante. Prueben el buffet, es una verdadera delicia y a un precio accesible ($uruguayos 360 por persona a mayo 2013)


Ubicación
kilómetro 167, de la ruta 1, aproximadamente 16 Km. desde Colonia del Sacramento.

martes, 15 de octubre de 2013

Finca Narbona, Carmelo, Colonia


La granja Narbona es un chateau al mejor estilo de la campiña francesa, pero ubicado en Carmelo-Uruguay. Ofrece un poco de todo: bodega boutique de vinos y grappa, restaurante de picadas y pastas, posada con tres habitaciones y despensa de vinos, pero también aceite, yogur, galletitas, fideos, y más, todo con un logrado packaging retro.

El restaurante, un viejo almacén de ramos generales devino en referente gastronómico, donde la cocina de campo gourmet siempre es acompañada de vegetales de la huerta orgánica. 

La panadería, posee una galería para sentarse a la sombra de la enredadera a saborear las exquisiteces de su patisserie.

Estas construcciones estan rodeadas por viñedos de Pinot Noir, Chardonnay y Tannat, y en el lugar hasta el mínimo detalle de decoración parece haber sido cuidadosamente elegido. 

Historia
La estancia conserva muros históricos que datan de la primera mitad del siglo XVIII cuando llegó a establecerse en estas tierras el aragonés Juan de Narbona, quien se dedicó a la cría de ganado y, más tarde, a la explotación de cal, de la que proveía a Buenos Aires. Esta actividad lo llevó a ser uno de los principales partícipes en la edificación de la iglesia del Pilar, en Recoleta, y de la iglesia de Santa Catalina de Siena, muy cerca de allí. 

En Carmelo, Narbona levantó, con un estilo similar, el casco de su estancia, del que aún quedan detalles originales.

En 1909, don Vicente Bogliacino, reconociendo en el clima y en el suelo de la zona el potencial para hacer buen vino, comenzó el cultivo de vides en el terreno que había pertenecido a la vieja Estancia Narbona. 

Casi noventa años más tarde, el rumbo de la producción cambió hacia la elaboración y exportación de vinos de alta gama. A esta actividad se sumó la del tambo y la quesería cuando, en 2001, la familia Banchero, dedicada desde principios del siglo XX a la elaboración de quesos artesanales, se asoció con la finca y granja Narbona. 

Teléfono: +598 4540 4160
Dirección: Ruta 21 Km. 267, Carmelo Uruguay
Departamento: Colonia
Email: narbona@adinet.com.uy

Web: www.puertocarmelo.com

COMO LLEGAR:
La Finca se encuentra próxima al puerto deportivo Camacho, en el km. 267 de la ruta 21, entre Carmelo (a 10 Km.) y Nueva Palmira (a 10 km.)        
Desde el Barrio Histórico de Colonia del Sacramento, por ruta 21, son algo más de 85 km.